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LAS NOCHES CLEMENTINAS de DON JORGE BERTOLA


Las Noches Clementinas : poema en IV cantos sobre la muerte de Clemente XIV es una alabanza al Papa italiano y franciscano Clemente XIV, llamado Juan Vicente Antonio Ganganelli, tal como el título del libro nos indica entre paréntesis. La obra original en italiano es conocida como Le notti clementine ; poema in quattro canti, in morte della Santa memoria di Clemente XIV ésta fue publicada casi un año después de la muerte del Sumo Pontífice en el 1774. Este Papa fue recordado porque en el momento de su coronación la Iglesia atravesaba momentos difíciles: el jansenismo, galicanismo, febronianismo, erastianismo y racionalismo prosperaron en todas partes. Muchos dirigentes europeos eran hostiles al papado. Lo que más podemos recordar sobre este Papa es que suprimió la orden de los jesuitas con el breve Dominus ac Redemptor (1773) poco antes de su muerte. Si bien su antecesor había resistido las presiones de Francia y España frente al empeño de éstas de que disolviese la orden de los Jesuitas, él justificó su claudicación con base en el restablecimiento de la paz. El autor original de este libro es Aurelio de'Giorgio Bertola (1753-1798), poeta y escritor italiano, desconocemos que es lo que le movió a escribir este homenaje, si fue un encargo o por ideología. El primer canto de este poema describe los dos aspectos de la muerte, el terrible y el amable, el autor hace unas reflexiones. Se puede notar la gran influencia pre-romántica extranjera en esta estética. Nos conecta a la obra de Edward Young, Night Thoughts (1742- 1745), título traducido al español como Las Noches, Pensamientos nocturnos o, simplemente, Noches que es una obra cargada de meditaciones fúnebres igual que nuestro libro. El libro escogido despertó una admiración entusiasta, ya que en Europa se popularizó el tema sepulcral, la noche y la Luna, que influyó notablemente en los románticos. En él viven y laten la melancolía, la fe, los pensamientos filosóficos y el amor y el dolor por la pérdida. De hecho el autor adquirió cierta fama literaria por este libro. Más tarde se tradujo al francés por el marqués Louis-Antoine Caraccioli, y después al español por Francisco Sebastián Manuel Mariano Nipho y Cagigal, considerado en España como el fundador del periodismo moderno y el primer periodista profesional. La traducción al español se editó en una primera edición (la que tenemos en nuestras manos) en 1785, y según Palau (1949 : 28493) otras dos también salieron a la luz en Madrid una en el 1788 (por la viuda de nuestro impresor Miguel Escribano) y la otra en 1801 (en Madrid por Benito Cano). Aunque en el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico español (CCPB) hay una edición o una reimpresión más de la imprenta de Benito Cano en 1819. La obra completa consiste en dos volúmenes pero nosotros solo tenemos el primero, de ésta tenemos localizados ejemplares en 12 diferentes bibliotecas del Estado, 4 de ellos en Catalunya (Biblioteca de Catalunya, Biblioteca Marià Vayreda, Olot (Girona), Seminario Diocesano de Girona y el Archivo y Biblioteca, Seminario Pontificio de Tarragona).


El papel


El análisis del papel constituye uno de los principales puntos del estudio del libro antiguo. El examen se ha realizado centrándonos en todos los 15 cuadernillos que componen el libro. Identificamos hasta 7 papeles distintos (elaborados manualmente) con textura, peso y calidad diferente. La calidad del papel parece que es buena, refleja que consiste en un libro del período ilustrado, donde la Real Orden de 1751 obliga la mejora del uso del papel. Durante los siglos XVIII y XIX funcionaron molinos de papel en varios pueblos de la provincia de Madrid. Algunos de ellos alcanzaron bastante importancia por la cantidad y calidad del producto obtenido. a. La filigrana Encontramos diferentes filigranas y contramarcas en los diversos cuadernillos. La disposición de los corondeles en todas ellas resulta en posición vertical. La distancia entre los puntizones hace casi de un milímetro. Las filigranas y contramarcas están situadas en la esquina de los cortes de cabeza y el margen interior (en la parte superior, junto al lomo). Se puede apreciar un cuarto de la filigrana o de la contramarca. Hay que mencionar que no todos los molinos se han podido identificar ya que los papeles más pulidos han dificultado la visibilidad de la filigrana. En el primer cuadernillo la filigrana está en la cabeza del pliegue del lomo de las hojas 2, 3, 6 y 7. En la hoja 4 y 5 está la contramarca, la cual podemos identificar el nombre Vilaplana, el fabricante. Adjuntamos más abajo un boceto de la filigrana donde se puede ver un escudo de armas. No la hemos encontrado incluida en la base de datos de Bernstein ni parece proceder de Catalunya ya que no está incluido el nombre de Vilaplana en el libro de Farriol y Cardús. Todo apunta que era un molino de la Comunidad Valenciana, Verdet Gómez menciona que se tramitó en 1781 una nueva solicitud por parte de una papelero llamado Tomás de Vilaplana, para la creación de un molino de papel con una única tina, el cual tenía planeado tomar las aguas del rio Alcoi. Aunque Verdet Gómez da a entender que la solicitud (junto a dos profesionales más) no llegó a buen término, todo apunta, por las fechas y la zona que el papel se llegó a fabricar en este molino. El segundo cuadernillo, cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno y doceavo están formados por papel creado en un molino de Requena (Comunidad Valenciana) en la cuenca superior del río Magro: DON JOSEPH GISBERT y la filigrana es un escudo con una cabeza de un escudo de armas sub coronado con un casco emplumado. Está incluida en la base de datos de Bernstein pero solo el nombre y no la imagen, adjuntamos el boceto: El tercer y el treceavo cuadernillo parecen tener, pero no estamos seguros, otra filigrana de un molino de Valencia, solo podemos identificar el nombre de Moltó y es un nombre común en Valencia. Solo hay otro Molto en Oviedo (Asturias) pero el dibujo no coincide. La filigrana del décimo cuadernillo nos ha sido imposible identificarla. El undécimo y el cuadragésimo podemos identificar con algunas dificultades una carabela, consiste en el fabricante de papel de Oviedo (Asturias): Llucia. El último cuadernillo es único en este ejemplar y tampoco lo podemos identificar. En conclusión, los diferentes papeles de que encontramos en este libro provienen de diferentes lugares de la Península, y no de Madrid. Así que deducimos que es un libro formado con las sobras de papel. El impresor, seguramente, al tratarse de un libro donde ni el autor ni ningún responsable podía reclamar la calidad del papel, optaron por aprovechar papeles de diferentes molinos.

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